miércoles, 29 de abril de 2009

¿Dónde está su coño?: la historia de Fisulina y aquel novio hermafrodita

Hay historias de ornitorrinco. Que no se definen porque son una mezcla de la coincidencia, lo absurdo y lo inimaginable. Esta es una de ellas. De las que se cuentan para romper el silencio en un bar o de las que sueltas para coronarte de freaky, simplemente. Hoy elegimos la segunda.

Había una vez una riojana que buscaba al hombre perfecto. Vivía en una ciudad tatuada por el río Tormes. Donde su único lazarillo era el mal olfato que la dejó ciega de amor. Érase una vez una riojana que buscaba al hombre perfecto y tanto suplicó que encontró a un romano encantador.

Se conocieron de noche en un bar y no durmieron. Ella simulaba ser la torre de Pisa. Él balbuceaba repitiendo un olé en cada frase. Se acercaron lo suficiente. Francesco la besó del mismo modo que se succiona un spaghetti. Pero a ella no le parecía una mueca ridícula y desagradable. Fisulina respondía moviendo los dedos como si fueran trinches con macarrones. Estaba ciega sin lazarillo y él disimuló con calma. Francesco regresó a Roma, 48 horas después, con las hormonas revueltas, sintiéndose más (se)XY que nunca.

Pero no fue totalmente sincero. Digamos que a Francesco, de pequeño, le sobraban ciertas partes.. ¿Era posible aquello? Hasta los 18, fue hombre y mujer al mism tiempo. Luego, le extirparon los órganos femeninos. Franceso era hombre; antes, un hermafrodita de lujo. Fisulina recibió el secreto de Francesco por Facebook. Fisulina atravesó el pasillo de nuestro piso. Cacareando y moviendo las alas nos lo contó. “Entonces, ¿soy lesbiana?”. Silencio. Fisulina era una chica particular, lo apropiado para recibir en un bar aquel exótico regalo de la naturaleza. Nadie se animaba a responder. No había manera de decirle, sí, Francesco parece mujer. Es que mirábamos a la pared recordando tanta mata de pelo en el pecho que sobresalía de su camiseta. En eso, cuando estábamos a punto de cambiar la conversación para hacer de la sobremesa una situación de simple seres humanos, Chani explotó con su clarísimo acento alemán: “¿Dón-de-es-tá-su-co-ño?” Fue allí cuando Fisulina viró los ojos para luego hacerlos pequeñitos y concentrarse. Érase una confundida riojana que exigía una explicación.

Los que presenciamos estas escenas decidimos contar el drama de Fisulina hasta aquí. De la anécdota quedó un ligero trauma que se cura con salidas compulsivas para correr, un viaje a Roma y un pasaje a nombre de Francesco XXXXX comprado por Fisulina. Todavía espera conocer a un homónimo para vendérselo. No hay más detalles. Si me ves por ahí, ya te cuento.

martes, 21 de abril de 2009

Todo Incluido

Tardaba una hora para llegar a la calle San Bernardo. Iba todos los meses a una agencia peruana a recoger la plata que me mandaban mi padres. Era poco. Pero lo suficiente para dar un paseo por la ciudad y detenerme en algún bar para tomar una caña. No hablaba con nadie, salvo que se me acercaran. Fueron tres los chicos, dos los jubilados y una niña que sostenía un globo rojo. A todos los recibí con una sonrisa amable para obviar el rato amargo del disculpe, no tengo cambio, no sé dónde está esa calle y no quiero ser tu amiga.
Yo estudiaba sin trabajar. Me rascaba literalmente la panza en la cuesta hacia Callao. Conmigo, siempre. Vivía tranquila y sin deporte. Aún así, creo que muchas mujeres tenían más suerte que yo. Vivían en el centro de la ciudad, hacían amigos por teléfono y nunca pagaban el trago. O a lo mejor, yo era afortunada y sin saberlo. A pesar de la crisis y la poca pasta, invertía mis calorías en paseo.
Ahora estoy en Lima mientras ellas trabajan ejercitándose por 50 euros todo incluido. Deben hacer amigos para rascarles la panza. En Perú, podrías ver este anuncio en los diarios. En España, es imposible. A volantear, a volantear. Colocar todos los datos en una hoja a impresión dúotono. Más barato. Oh! San Bernardo, qué ocultas tenías a tus putas (hasta las que van andando).

Muchísimas gracias a J. El casi amigo de estas chicas con el departamento chulísimo. Todavía no las ha ido a visitar, pero ellas ya abrieron los brazos a una futura amistad. En una hoja de papel y con luna llena al medio.

sábado, 18 de abril de 2009

Hormigas en Veda

No todas las hembras necesitamos machos. Al menos, eso ocurre con las hormigas amazónicas 'Mycocepurus smithii'. Estos inteligentes bichos son capaces de reproducirse sin ayudita. Es una especie feliz y sin sexo opuesto. Se reproducen solas. ¿Cómo? Por clonación.

Vamos a imaginarlo. Si te conviertes en una esas hormigas y sigues con ese antojo de ser madre, más te vale que seas la reina. Las reinas son las únicas que tienen descendencia. Si prefieres estar en veda y no sacrificar tu cuerpo ni tus nervios criando churumbeles, con ser obrera te vale. Serás estéril y lo mejor de todo es que serás igualita a tu reina.

Todas las hormigas de la colonia son exactas a ella. No hay razón para la envidia.

La mejor parte del asunto es que estas hormigas han encontrado alimentación aliada: comen un hongo que también es asexual. Las “M smithii” se han adaptado lo suficiente para hacer que la reina controle qué comer y que no, además de toda la casta de la colonia.

Se supone que las hembras no están sometidas a los trámites burocráticos del apareamiento. No pierden el tiempo en ello. Lo dedican de lleno a su labor recolectora. Qué bonito se siente saber que, aunque sean pequeñitas, no me siento tan sola en el mundo.

viernes, 17 de abril de 2009

Lo tienes que hacer


C es una chica muy exigente para encontrar a uno e intentar quedarse con él. C no se compromete.
C ha tenido pretendientes para aburrir.
C no necesita utilizar este perfume.
Por eso, está completo.
Pero ahí está.

miércoles, 15 de abril de 2009

Solo para Señoritas

Hay volantes que se entregan a todo el que pase por la avenida Larco. Hay otros que tienen detrás un nicho de mercado. No digo más. Solo suelto un detalle. Aquella gordita de polo rojo que me tocó el hombro. “Señorita, para usted”. Y se fue como un ángel.



Haz clic en la imagen para reirte conmigo.

viernes, 10 de abril de 2009

Qué monos

Esto es un tributo de viernes por la noche. Porque ellos me eseñaron a vivir viendo y no a vivir sin vivir. Hagamos un Delete al post anterior. Disfrutad, que el mudo se va a acabar. Aquí o pallá. Mejor, para ustedes. Besos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Aquí o pallá


Tengo una nariz roja por gripe aviar y una sonrisa invertida. Tengo un ex presidente encerrado en una jaula. Tengo una cárcel imaginaria aquí y parte de una vida que quiero, cruzando el océano. Porque parte de mí no es lo que quiero ser o lo que quiero ser no soy yo. En carne y hueso, al menos. Digo, que cuando estoy aquí, quiero estar allá. Y cuando estoy allá, me siento más importante al otro lado.

Pero en los dos sitios doy besos al aire y no sé en cuál de ellos me enfermo peor. Dando vueltas sobre mí, sintiendo las mismas nauseas en el estómago. Pensé que al volver a mi sitio por tercera vez, tendría más ganas de asentarme. ¿Cuánto tiempo habré hablado sobre el lugar donde nací? Y ahora en Lima, pálida y débil. No por ostras. Hoy no son reacciones alérgicas a las ostras.

¿Cómo explicarlo? Quizá me siento así, desde mi primer intento de hacer tic tac a mis tiempos de veda. Como en el que ahora me encuentro. Nací en una tarde de verano. A las seis en punto. En enero, cuando el sol de mi ciudad se pinta más amarillo. Cuando el agobio por el calor se calma con hielos y el sudor no se disfruta. A esa hora nací yo. Parto natural, forzado. Con dos vueltas de cordón al cuello. Me escondo en el drama y en la luz artificial. Moverme de un lado a otro del escenario. O atravieso un puente llorando. Tengo una nariz roja y una jaula sobre mí. Intento quitarme las vendas que están sobre mis ojos y me las amarro al cuello. Dos vueltas. A ver si recuerdo para qué rayos estoy donde me encuentro. Porque hoy no me ve ni Dios o no le he abierto la puerta.

Más a allá de toda duda razonable, mi sentencia es condenatoria.

(((Me gustan tus besos al aire. Pude llevármelos en los rincones de mi maleta. No eres el ancla. Sí el pedacito más preciado que conservo. Ven. Ven pronto. Y trae esas tortitas con cadáver que comimos camino al sur.)))

Dejo este video. Siempre dejo videos y nadie los ve. No importa. Es de una veda anterior. Noviembre 2005. Pude cantar esta canción, feliz, con lágrimas la noche que cumplí 23. Ley de Gravedad se llama. Newton no está de por medio.



“Voy pensando en el pasado. Viendo de lleno el miedo y enfrentándolo. Voy como veleta perdida. Voy por lo que más brilla y con ventilación. Voy sin brújula ni prisa y en mi soledad me encuentro en technicolor. Voy sin huir de este tiempo.
Aire para los laberintos de mi corazón”.

lunes, 6 de abril de 2009

HE COMPRADO UN HOMBRE EN EL MERCADO


(Recomiendo que escuches el video mientras te cuento esto...)



Ver y escuchar a Antonia Dell´ Atte por primera vez fue una iluminación extra sensorial. Un batallón de hormigas desfilando en mis brazos. Una cabalgata de latidos en mis labios. “Yo también quiero”, pensé. Aunque sin amor, quizás lo compraría en oferta y a granel. A los otros, que me los fíen.

HE COMPRADO UN HOMBRE EN EL MERCADO era el primer verso, de voz grave, como si nos contara un chisme con cigarro en mano. Antonia compró un hombre en el mercado. Lo vistió, lo lavó. Lo negoció caro y se olvidó de pesarlo. Él la amó como un loco y ahora ella trata a su antojo. Antonia te lo cuenta en el Parc Güell en Barcelona mientras su ropa de seda noventera se desplaza con la brisa. Lo repite acariciando las teclas. No se sabe si el piano le vino de yapa. “He comprado un hombre en el mercado. Lo he observado y me ha apestado”.

Pensé que había empezado a delirar la tarde que ví un fragmento de ese video. Fue en Sé lo que hicisteis, un programa magazine amigo de lo absurdo. En la cama, jugaba a mi lado mi-tan-atractivo-amigo J. con su computadora. Sé había quedado a almorzar. Había venido para cuidarme. Yo padecía una reacción fulminante a las ostras. Con esa canción, el dolor al estómago había emigrado al cerebro.

Creo que un mercado de hombres tendría poca variedad. Al menos que estés en el Mercat de la Boquería. Me imagino ahí a miles de XY ocultando sus cositas con flores multicolores y frutas exóticas. En el mercado de Surquillo, estarían colgados cabeza abajo como pollos muertos o convertidos en pechugas deshuesadas. Las cejas gruesas de J. volvieron a observarme y a hacerme bromas sugerentes a la canción. “Vamos a comprarte uno para que te sientas mejor”.

He comprado un hombre en el mercado…

Conocí a J. en Lima hace unos meses atrás, antes de llegar a Madrid. De casualidad. En una fiesta. Yo ya lo había chequeado hace unos años. El no sabía que existía. Me lo presentaron. Yo sonreí. Él me miró bonito. Como ese miércoles, que estaba tan amarilla y marchita.

He comprado un hombre en el mercado…

Hace un par de años, hubiera pasado mi tarjeta dorada para comprarme a J. En aquellos tiempos en que lo veía caminar por los pasillos de la universidad, altísimo, con su camisa a cuadros, con esa barba espesa y esa nariz. Quizá habría comprado yo a J. en el mercado. En el de Surquillo. A sol el kilo. Sería para mí una cojinova o una chita. Sería para mí una cebolla china. Tan flaco e inofensivo, mi J.
Mi-tan-atractivo-amigo J. continuó jugando con su computadora. Disimulando no inmutarse por el pedo que se me acababa de escapar. Él no era un kilo de lentejas, ni una caja de tomates. Ya no era un guapo chico inalcanzable. Era un mortal sentado en una cama pequeñita. Sin ninguna intención, más que ver televisión conmigo. Yo, con la única intención de ver televisión con él. Yo tenía a mi lado a un verdadero amigo en Madrid y su compañía no tenía precio. Que me lo envuelvan para llevar.

¿En qué mercado o supermercado comprarías a un hombre?

jueves, 2 de abril de 2009

AUSTRALIA. No quiero otro final feliz


Baz Luhrman nos vende una aventura romántica como si fuésemos un público dispuesto a aguantar sus cursilerías. Por más que se haya gastado 130 millones en dólares para producirla. Yo ya no quiero más Australia ni clásicos épicos plastificados. Le perdoné Moulin Rouge! por revolucionar la comedia musical. Sus intentos en reciclar esta película que le dio el Oscar para vaciarla en este nuevo cortometraje son un fracaso. Menos, haber grabado siete finales y elegir la más comercial. Un golpe bajo para los que exigimos decente argumento y menos huachafería.

Interminables como las anteriores, Australia cuenta una historia enclavada en la antesala de la Segunda Guerra Mundial. El rancho de una aristócrata inglesa (Nicole Kidman) corre peligro de ser usurada por los barones ingleses. Ella se unirá a un joven (Hugh Jackman) para transportar su ganado en el más peligroso y árido territorio australiano. Finalmente, TODOS LOS PERSONAJES SOBREVIVEN A LAS MILES DE BOMBAS QUE LANZAN LOS JAPONESES DESDE EL AIRE. SE ENCUENTRAN ENTRE LOS ESCOMBROS DE CASUALIDAD. Sí, Juan.

Rescatemos la intención de hacer un tributo a su país produciendo un film 100% australiano. Para hacernos una idea: el director Luhrman saltó a la fama en 1992 con El amor está en el aire. Aterrizó en la alfombra de Hollywood en 1996 con Romeo + Julieta. Su último delirio fue Moulin Rouge! Con esta última, ha terminado el género denominado por Luhrman (Gales, Australia 1962) como la trilogía de la “cortina roja”. Esta fórmula consiste en situar al público en una tragedia romántica. Ahora apuesta por la épica y Australia es una estrafalaria combinación de escenarios que crean una atmósfera irreal. Con esta última, quiere arrojarnos un maltrecho final feliz.

Confieso que cuando la ví, la adoré. Salí de la sala del cine rodeada de corazoncitos rosas imaginarios. Pero así es el amor. Conforme pasan los meses, lo que quieres te repele o a lo mejor termina ahogándote. En este tiempo de veda, me he prometido no contaminarme con este tipo de películas. Jajajá. Como si para enamorarme necesitara odiar a mi compañero de aventuras. (O a lo mejor, sí)

No te me hagas
Las bailarinas de la Belle Epoque de Moulin Rouge! han sido cambiadas por mil quinientas cabezas de ganado. Sus narraciones musicales, por la voz y el protagonismo de un niño australiano.

Color y movimiento
Se utiliza acertadamente el color sepia, los blancos, los azules y los rojos. Se han repetido fórmulas como la pareja besándose en medio de un plano medio. Para algunos, puede ser inevitable pensar en Romeo + Juliet y en Moulin Rouge! durante las más de dos horas frente de la pantalla. Hay toques de películas como Lawrence de Arabia, Cleopatra y Lo que el viento se llevó.

Banda sonora
Odio la redundante Over the rainbow. Por más que haya sido una de las más famosas de la década de los treinta. Sí, recordada por El Mago de Oz (1939), pero manoseada por grupos tan dispares como David Bowie, Leona Lewis, Eric Clapton y Placido Domingo restan originalidad a esta película.

Un punto a favor: el contenido
El equipo de Australia se ha mirado el ombligo para rodar una película en Australia con reparto australiano con un tema político de fondo: unos cien mil niños mestizos fueron robados por sus padres entre 1910 y 1970 para ser asimilados por la sociedad blanca de origen europeo.

Una agradable visión subjetiva
Es una historia contada con periódicos y letras que aparecen y desaparecen, como si fuéramos los ojos de un niño curioso. Planos que se acercan como si quisiéramos espiar a los personajes, los que aparecen y al desaparecer nos dejan los paisajes australianos, montañas y el mar.

Puede ser que su resultado se deba a la recomendación “forzosa” de 20th Century Fox en cambiar las últimas escenas. Según dicen, el personaje de Hugh Jackman habría muerto y al diablo con todo. Así que la versión en cartelera pasó a ser ahora una película “light” con tono de telenovela. Aceptémoslo. La gente no quiere ver lo mismo que en el telediario. GRABARON SIETE FINALES PARA QUEDARSE CON LA MÁS VOMITIVA.

En respuesta a la película de Luhrman, dejo este clip. ME CAGO EN EL AMOR, de Tonino Carotone...