Hay volantes que se entregan a todo el que pase por la avenida Larco. Hay otros que tienen detrás un nicho de mercado. No digo más. Solo suelto un detalle. Aquella gordita de polo rojo que me tocó el hombro. “Señorita, para usted”. Y se fue como un ángel.
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miércoles, 15 de abril de 2009
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jajaajajaja! me encanta tu.
ResponderEliminarS.
más estimación pa ti guachupita
ResponderEliminarmás estimación pa ti guachupita
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